Extraño Poder, quién eres yo no lo sé,
asesino o doncella de mi fe.
Sólo sé que prefiero el castigo
del más implacable enemigo,
que vivir —como ahora vivo—
Mutilada día a día por ti.
Sin embargo, cuando sea yo quien someta
tus burlas caerán en la vana pretención,
murmurando en mi oído una canción
Una vez amada, largo tiempo olvidada;
y sobre mi frente sentiré aquel beso
que me hará desear morir antes que perderlo.
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